sábado, 22 de enero de 2022

NIDO POR CÁRCEL

Por. John Montilla

“¿Y qué es el corazón de un pájaro comparado con el de un hombre?”

Oscar Wilde (El Ruiseñor y la Rosa)

                                                           ***


No fue la simple muerte del pajarito lo que me conmovió, sino lo trágico de ella. Lejos estaba de imaginar que ese canto que escuché varias mañanas encerraba un triste lamento. Les voy a narrar un pequeño drama de la naturaleza.

La pareja de pájaros había decidido instalarse en la terraza de mi casa, y a pesar de las molestias que en primera instancia vi; ya que todos los días había que recoger la basura y desechos que dejaban en el piso; decidí dejarlos que terminaran lo que habían comenzado: Estaban construyendo un nido, y habían escogido un resquicio junto a uno de los caballetes del tejado, su obra quedaba a la vista, pero segura porque quedaba lejos del alcance de las manos.

Durante varias jornadas se los vio laborando en su construcción, la prueba era los restos de lo que dejaban caer en el piso. Tiempo después de terminada la obra se podía observar que estaban incubando un huevo y a los pocos días se podía escuchar el canto de un polluelo que había nacido. Los abnegados padres que se esforzaban en el cuidado de su cría, tenían como recompensa un fuerte y bello polluelo. La fecha de abandonar el nido pronto llegaría.

Pero lejos estábamos de sospechar que el nido que sus padres habían construido con tanto esmero se había convertido en una trampa para la inocente criatura. Una mañana vi al pajarito parado al borde del tejado al pie del nido y me dije que pronto echaría su vuelo del adiós.  Ya tenía buen tamaño y se lo veía grande y robusto, pero me extrañaba que no diera ese paso definitivo, la presencia de sus progenitores era ya esporádica, quizás su instinto les decía que ya habían cumplido con su labor de padres. Ahora le tocaba al hijo salir a volar por el mundo.  

Y una mañana después de haber estado ausente de casa todo el día anterior, me percaté que el pajarito colgaba muerto junto con su nido.  Sentí mucha pena al ver la funesta escena, lamenté mi ausencia, pues quizás hubiera podido evitar el trágico desenlace. Luego me puse en la tarea de averiguar la causa. Tomé una escalera para bajar a la criatura y con asombro me di cuenta que el pajarito tenía enredada una de sus patas con una cuerda que sus padres habían utilizado para construir su nido.


Entonces llegué a la dolorosa conclusión que el pajarito había estado todo ese tiempo atado a su casa.  Siempre lo vi en la misma posición. Tuvo un nido por cárcel. Nunca se me pasó por la mente que ese animalito estuviera atrapado desde que nació. Varias veces lo vi y escuché cantar. Lejos estaba de imaginar que era la agonía por su triste situación. Su vida fue una tortura que se desarrolló a la vista de varios testigos.  ¡Como lamenté no haberlo observado con mayor detalle!  Me conmueve el pensar que al sentirse ya sólo y apremiado por el hambre intentó en un vano esfuerzo liberarse de su prisión. Aunque me consuela saber que al menos murió en el intento de luchar por su libertad.

Cuando pude bajar el nido y a la desdichada ave, analice con más detalle la triste escena, y me di cuenta que el pobre pajarito jamás hubiera podido zafarse; una de sus patas estaba completamente anudada a una fuerte cuerda blanca de esa que se usa para elevar cometas, y que paradójicamente aquí evitó el vuelo de un pájaro.  Con pesar vi que los pájaros padres habían utilizado aparte de ramitas, pajas y hojas, una diversa cantidad de materiales peligrosos para ellos: había variedad de cuerdas, distintas fibras, hilos, lana, mota de ropa, fragmentos de nylon, e incluso varios pedazos de alambre de cobre.  Toda una trampa. Ese nido era una prueba de lo que genera la contaminación en la fauna.  El pajarito pagó con su vida en un “nido por cárcel” una condena que nunca mereció padecer.

John Montilla: Texto e imágenes

jmontideas.blogspot.com

2022

No hay comentarios:

Publicar un comentario