domingo, 12 de noviembre de 2023

¿POR QUÉ FUE PENALTY PARA ARGENTINA?

 Por: John Montilla 

“Al futbol se juega con el cerebro.”  Johan Cruyff

-GARCÍA MÁRQUEZ: Eso fue una crónica de un penalty anunciado.

-MARADONA: Era penalty.  Yo vi la mano … de Dios.

-SHAKIRA: El árbitro estaba facturando.

-EL PRINCIPITO: El árbitro no vio toda la jugada “lo esencial fue invisible a sus ojos.”

-NEIL ARMSTRONG: Ese penalty fue un pequeño paso atrás para el futbol y un gran salto de “la pulga” hacia el título.

-SHAKESPEARE:  Ser o no ser penalty esa es la cuestión.

-SÓCRATES: El árbitro no sabe de futbol.

-DESCARTES: Pienso que el penalty no existió.

-VAN GAAL: Ese penalty estaba premeditado de “anteMANO”.

-CHARLES DARWIN: La involución del juego llevó al árbitro a señalar el penalty. 

-VAN GOGH: El árbitro cortó la oreja de la justicia y la mostró como prueba del penalty.

-GEORGE ORWELL: El Gran Hermano del VAR confirmó que fue penalty.

-GROUCHO MARX: Si no les gusta este penalty, tengo otros.

-ALBERT CAMUS: El penalty fue un absurdo existencial en medio del campo.

-NEWTON: La manzana de la gravedad del penalty cayó en el área.

-COCO CHANEL: El penalty no fue un gesto de elegancia en el campo.

-EDGAR ALLAN POE: El penalty fue como la sombra de un cuervo negro que oscureció la cancha.

-ISAAC ASIMOV: El penalty fue una muestra de la “Inteligencia Artificial” del árbitro.

-CHAPLIN: El penalty fue como una comedia de errores que terminó en gol.

-FREUD: El penalty fue el sueño oculto de Messi que revelo su deseo reprimido de ganar.

-HEMINGWAY: El hombre hubiera sido destruido, si hubiera sido derrotado.

-CRISTOBAL COLÓN: Para que Messi llegara a donde no había estado antes.

-MARIE CURIE: La radiación de los jeques en el penalty es innegable.

-FERNANDO VALLEJO: El penalty fue un hp capítulo oscuro de la novela futbolística.

-PLATÓN: El penalty fue la sombra percibida en la pared de la ca-VAR-na del futbol.

-MAQUIAVELO: El penalty tenía un fin. La FIFA justifica los medios.  

-SHERLOCK HOLMES: El misterio del penalty se resuelve con la lógica de los dólares.

-PABLO NERUDA: Fueron 20 minutos de juego y una jugada desesperada.

-NIETZSCHE: El futbol ha muerto … ¡Viva el penalty!

-EINSTEIN: La relatividad del penalty depende de si te lo pitan a favor o en contra.

-BOTERO: El peso de una mano poderosa en el partido fue de proporciones exageradas.

-STEPHEN HAWKING: El penalty fue un agujero negro en el espectáculo.

-DA VINCI: El penalty fue una obra maestra de la controversia en el futbol.

-STEVE JOBS: El penalty fue un fallo en el diseño del campeonato en tierra de los camellos.

-JESUS: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que a un pobre le piten cinco penaltis en un campeonato.

-EDUARDO GALEANO: El penalty fue una cortante sombra más que abrió otra vena al deporte rey.

-ROUSSEAU: El penalty no nació limpio, la sociedad lo corrompió.

-STALIN: ¡Fusilen al arquero… de un balonazo!

-PETRO: Una prueba de cómo los combustibles fósiles afectan también al futbol.

-URIBE: Yo vi una mano “firme”.

-SAMPER: Si hubo penalty, fue a mis espaldas.

-REVISTA SEMANA: El penalty fue culpa de Petro.

-RCN: “Fue penalty”, dice Semana.

-AMPARO GRISALES: Fue una buena actuación, pero eso “No se llama penalty”.

-REFISAL BONNET: Casi hay penalty para Colombia, se salvó la albiceleste. Atención señores, tremendo contragolpe: Penalty para Argentina, expulsado el arquero de Colombia.

-CARLOS ANTONIO VELEZ: Difícil concluir si fue o no fue penalty porque la jugada tenía una matriz de estrategias poligonales en evolución, donde los movimientos tácticos de las piernas de los jugadores se entrecruzaron cual líneas paralelas en una intersección, creando una dinámica matemática cuyo resultado fue una zancadilla a un centímetro fuera del área chica.

-PROFESOR DE PRIMARIA: Porque querían que “el pequeño” aprendiera a ganar cosas grandes.

-PROFESOR DE SECUNDARIA: Se los explicaré en términos numéricos, pero no podrán comprenderlo.

-PROFESOR DE UNIVERSIDAD:  Para saber porque fue penalty lean la historia del porqué los futbolistas se van a jugar a la tierra de los camellos.

-ATEO: El penalty no existe.

-USTED: …

-YO:  Divago con ese penalty.  

John Montilla ( 12-XI-2023)

Divagaciones

Imagenes tomadas de Facebook.

Historias: jmontideas.blogspot.com

sábado, 14 de octubre de 2023

SERENATA PARA SATANÁS

 Por: John Montilla  

“Sólo voy, donde me lleva la guitarra.” Angus Young

El músico estaba cómodamente sentado en un sillón de la sala de su casa viendo las noticias de la noche. Había dejado abierta la ventana que daba a la calle y con la cortina recogida para que entrara la fresca brisa de la hora. Cuando de repente sintió el trepidar de unas motocicletas que llegaron a toda velocidad y se detuvieron en secó frente a la vivienda; algunas piedrecillas levantadas por las llantas de los potentes vehículos fueron a estrellarse contra la puerta metálica de la entrada. Fue como un fugaz tintineo que anunciaba la visita de los mensajeros de la muerte.

En segundos se escucharon unos golpes firmes pero acompasados en la puerta. Querían entrar por las buenas. El músico, sorprendido por los rápidos sucesos sólo había atinado a voltear la cabeza y mirar hacia afuera. Alcanzó a vislumbrar las motocicletas y unas sombras en el exterior. Cuando escuchó los golpes en la entrada, dudó por un momento en que hacer, pero sabía que no tenía opción. Los de afuera lo estaban observando. Dedujo en que si hubieran querido hacerle algo ya desde la calle podrían haberlo hecho; con este pensamiento se dio valor y procedió a abrir la puerta.

Dos tipos armados entraron a la sala. Lo saludaron como si lo conocieran, al fin y al cabo, ellos con seguridad tenían información sobre él, por algo habían ido directo a su casa y luego sin darle vueltas al asunto, le soltaron: “Nuestro comandante está de cumpleaños y quiere una serenata”. El músico se quedó frío, no se esperaba una cosa así. Los hombres siguieron: “Así que agarre su guitarra y vamos”. Para tratar de ganar tiempo y asimilar la situación les había dicho que primero necesita templar su guitarra.

Los intrusos no tuvieron más opción que esperar, en tanto el músico, descolgaba su instrumento de la pared, la sacaba del estuche y comenzaba a ensayarla; los nervios no le permitían coordinar bien sus movimientos ni en el diapasón ni en las cuerdas; cuando de pronto vio su salvación de momento: En la biblioteca vio una caneca de aguardiente que tenía la mitad de su contenido, la agarró y se mandó un buen trago: “Es para calentar la voz”- les dijo a los que lo esperaban y por mera cortesía les ofreció; ellos se negaron a recibir; cosa de la que mentalmente se alegró porque sentía que necesitaba una botella entera para él solo. Entonces de otro par de grandes tragos se la bebió como si fuera agua. Una vez tuvo templados los ánimos y la guitarra decidió que ya estaba listo. Les dijo que iba por su chaqueta, uno de ellos se fue con él hasta la habitación por la prenda.  Luego preguntó si se podía ir en su propia motocicleta, pero ellos se lo negaron y le dijeron que ellos mismos lo llevaban.

Cuando estuvo en la calle cayó en la cuenta que le iba a ser difícil dar esa serenata solo, así que les dijo a “sus guardianes” que necesitaba ir por el compañero con quien acostumbraba a tocar. Los hombres le habían respondido:

-“No se preocupe, que también a él ya lo fueron a recoger.”

Pidió que le dejen comprar una botella de aguardiente, y también le dijeron que por eso tampoco se preocupara que allá le daban.

Luego lo hicieron subirse de parrillero en una de las motocicletas. El músico agarró con fuerza su guitarra- su vieja amiga, con ella se sentía acompañado- y arrancaron literalmente “como alma que lleva el diablo”, hacia donde el mismísimo satanás, a dar la más insólita serenata de su vida.


John Montilla (4-IX-2023)

Crónicas

Fotomontajes: imágenes tomadas de internet

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NIÑO VENDEDOR DE MANDARINAS

 Por: John Montilla

“Más fácil que pelar una mandarina.”  Frase popular.

El reloj ya marcaba más de las dos de la tarde. El calor a esa hora era intenso; los que estábamos en el restaurante sudábamos a la sombra y fue entonces cuando vimos llegar al chico en su bicicleta. De manera ágil se bajó del aparato al tiempo que agarraba con destreza una canasta de plástico en la que llevaba unas bolsas con fruta.

 Se acercó a nosotros y con una voz un tanto ronca, tímida y cordial nos preguntó si le comprábamos mandarinas. Su rostro estaba lleno de polvo y el sudor le corría por su frente y su cara. Se limpió un poco con su mano, mientras se quedaba expectante a nuestra respuesta.  

 Le dije al colega con quien estaba: “Le voy a colaborar comprándole una bolsa a este chico trabajador”. Él puso la canasta en el suelo y permitió que escogiera el producto.  Mientras hacía esto noté que no quedaban muchas bolsas en el recipiente, entonces le pregunté qué desde que horas estaba vendiendo y cómo le había ido con las ventas. El niño de las mandarinas, respondió que había salido temprano en la mañana, pero que sólo había vendido un paquete.

-“Un señor en la esquina me compró una bolsa no hace mucho”- nos contó.

 Mi compañero, también expresó la intención de comprarle, mientras le cuestionaba que por qué no usaba una gorra para protegerse del sol que estaba muy fuerte. “No tengo”, fue su respuesta. Cuando le indagamos si ya había almorzado, con toda tranquilidad dijo que él comería cuando llegara a su casa allá en la vereda, que antes tenía que trabajar.  Unos minutos más habían pasado en el gran reloj adosado a la pared.

 Entonces mi compañero llamó a la mesera y le preguntó si aún tenía comida y le pidió un almuerzo para el niño. Al chico se le iluminó el rostro y sólo atinó a decir gracias. Se sentó presto a la mesa; ni siquiera se acordó de su bicicleta tirada al borde de la acera. Le recomendamos que la dejara junto a la puerta, él así lo hizo y se puso a comer con todo deleite mientras nos contaba que él bregaba para ayudar a su mamá que se había quedado sin trabajo al parecer por un problema de salud en su vista. “Mi hermana y yo trabajamos para ayudar a pagar el arriendo.” Ahora parecía la voz de un hombre adulto hablando mientras cuchareaba.

 Antes de irme, le compré otra bolsa más de mandarinas, al tiempo que le pedía que me permitiera tomarle una foto. 

El chico seguía comiendo mientras el rostro de complacencia de la mesera resumía esta historia. 

 Si ven al niño de las mandarinas en su bicicleta no duden en comprarle.

John Montilla:  Texto e imagenes 

Relatos en mi camino

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9-X-2023

domingo, 30 de julio de 2023

LESLY, EL PROFESOR Y LOS SUEÑOS

 Por. John Montilla

Ahora se llama Lesly,

Desde la primera vez que leí su nombre

Supe que algún día se lo cambiaría.

Nunca le expliqué la razón

Era muy niña para comprenderlo.

Tampoco tuve el valor de decírselo a sus padres.

Por eso no me fue fácil volver a encontrarla

Después de más de dos décadas.

Siempre tuve la curiosidad por saber que había pasado

Con esos chiquillos a quienes tuve como estudiantes

en primer año de escuela primaria.

Tanto para ellos como para mí

Fue una primera vez

Ellos iniciando la escuela;

en una zona apartada donde los niños pasaban directo de la casa al aula de clase.

Yo primíparo frente al tablero,

con mi mochila vacía de experiencia,

pero lleno en expectativas, energía, voluntad y ganas de hacer bien las cosas.

Me dieron el reto de enseñarles el A, B, C a ese grupo.

Y allí estaba esa niña, Lesly, se llama ahora.

Bella, curiosa, alegre, juguetona, inteligente y ávida de aprender.

Sonrisa a flor de labios y ojos a la expectativa cada día. 

Una radiante flor del campo, bañada con el roció de la mañana.

Pequitas en su rostro, alma de ángel, con un universo por conocer.

Un frágil pajarito al que le crecían alas para echar a volar. 

Ella aprendió pronto la magia de la palabra escrita,

A ella y a la mayoría de sus compañeros

les di las llaves de la puerta de la “entrada al saber”.

Les abrí las páginas de los libros y la biblioteca

y después de ese año me marché.

No regresé.

Un cuarto de siglo después vine a saber de ella.

Giros de la vida.

Siempre intenté encontrar a mi profesora de primero de primaria

Nunca pude conseguirlo.

Así que lo hice a la inversa.

Fui al encuentro de mi estudiante de primero.

Y lo logré.

En el mar de la tecnología, encontramos un puente que nos acercó.

Las primeras palabras del “reencuentro virtual” me alegraron ese día especial.

“¿Usted fue mi profesor de primero, verdad?

Es una sensación agradable saber que alguien te llevaba en su memoria. 

Le respondí que ella acababa de escribir una de las frases

más memorables que yo recordaba de mí trabajo como docente.

Me saludo de forma cordial

y a renglón seguido me dijo algo que me hace sentir orgulloso de mi profesión:

“La verdad no tengo ni idea porque yo lo quería tanto.”

Confieso que me emocioné,

Y mis pensamientos se pusieron a escarbar en el baúl de los recuerdos:

Le conté algunas cosas del pasado:

Que conservaba algunas fotos de su grupo.

Que aún recordaba el letrero que puse en una pared del salón de clase:

“De tu esfuerzo, depende tu futuro.”

Que aún tenía una hoja de papel con el nombre escrito de puño y letra de cada niño.

Le dije que fui el primero en llamarla por su segundo nombre.

Ella me dijo, entre risas:

“Odiaba mi primer nombre.”

Le dije que eso lo había intuido desde el primer día.

“Mis compañeros me hacían bullying en el colegio.” Me confirmó.

Le pregunté que si se lo había cambiado antes de cumplir 15 años.

Me dijo, que lo hizo antes de graduarse de la universidad.

Que no lo había podido hacer antes,

porque la situación económica no era la mejor en su familia.

“Pero que esas situaciones difíciles fueron su motivación para salir adelante,

Que siempre supo que no se iba a quedar como si estuviera atrapada en un hueco. “

“Que era una gran soñadora.”

Me contó con nostálgicas palabras:

“Me acuerdo que me acostaba en el patio de la finca en las noches a contemplar las estrellas y echaba a volar mi imaginación.”

Me contó que no fue fácil para ella la universidad.

Episodios:

-“Si me iba en bus no comía y si comía tenía que irme caminando una hora.”

Pero que nunca se desmotivó.

Que seguía con el sueño de no quedarse siendo una Cenicienta.

Uno de los tantos cuentos que les leí en clase.

“Siempre me imaginaba vestida super elegante y usando tacones.”

Pero con los pies puestos sobre la tierra.

Ahora, agradece que no tiene que andar en tacones porque no le gustan.

Volvimos sobre mis pasos, y se refirió de nuevo a mí:

-“Recuerdo que siempre le hablaba a mi mamá de usted.

Siempre le preguntaba qué:

¿Qué sería de usted?

¿Qué dónde estará?

¿Qué usted de donde era?

Y me reafirmó:

“Que siempre me tuvo en su pensamiento.”

Es casi lo mismo que toda la vida he pensado de mi profesora de primero.

Gratitud eterna con ella.

Me dijo Lesly “que siempre soñó con vivir en una ciudad grande.”

Ella más que volar en sus sueños.

Dio un gran salto.

Ahora vive en Australia,

la tierra de los canguros.

Estando ella tan lejos fue que coincidimos.

Cuando ella comenzaba a aprender una lengua extranjera.

Le dije que ahora también podría enseñarle eso.

Fue como reiniciar el A, B, C,

pero ahora en inglés.

Aunque la frase que me llegó a lo más profundo del corazón me la dijo en español;

fue como un premio por mi trabajo hecho hace ya tantos años:

“Usted ha sido mi profe favorito de toda la vida."

Me hubiera gustado poderle decir eso,

a mi profesora de primero.

Gracias: Lesly Roció.

***


John Montilla: Texto y fotografías 1, y 2 . Fotomontaje 3.  Lesly Rocio O. 4 y 5.

Relatos de mis memorias

Historias en: jmontideas.blogspot.com 

(13-V-2023) 

viernes, 26 de mayo de 2023

BLANCO

Por. John Montilla  

“En sus grietas lleva los colores del arcoíris.” (Ana Karina Blanco)

Me pregunto caperucita de blanco, cuantas veces caminaste por ese bosque, mirando mariposas multicolores y espantando saltamontes distraídos cuando tus inocentes zapatos de colegiala pisaban la verde hierba. ¿Cuántas veces la lluvia gris o un sol anaranjado habrán salido a esperarte en tu solitario camino?, ¿Acostumbrabas a llevar una pequeña sombrilla con estampado de flores en tu mochila escolar?  

Me pregunto si cuando te encontraba la lluvia te cubrías con grandes hojas que con tus delicadas manos arrancabas a alguna planta generosa que encontrabas en tu senda, o simplemente te ponías tu maletín en la cabeza y echabas a correr en un vano intento por esquivar las diáfanas gotas que te caían del cielo. Imagino que en las ocasiones en que llegabas a casa escurriendo agua de tus cabellos y uniforme escolar, de seguro te cobijaría tu madre con calurosas palabras llenas de amor, pero en la escuela ¿Quién te recibía con un cálido abrazo cuando llegabas mojada?

No te conocíamos, no pudimos conocerte por eso es que afloran tantas simples preguntas de lo que fue tu existencia.

¿Qué llevabas en tu maletín escolar aparte de los cuadernos? ¿Eran tus cuadernos de caratulas rosadas con imágenes de tiernos osos, o cachorritos de perros, o te gustaban los nuevos diseños multicolores con mensajes escritos en inglés? ¿Qué llevabas en tu cartuchera junto con los lápices y los colores?, ¿Un espejito?, ¿O buscabas ver la imagen de tu dulce rostro en el reflejo de la pantalla de tu celular?, ¿Te gustaba tener a mano un pintalabios de rojo carmín?, ¿Alguna vez estampaste besos en tus cuadernos con los labios impregnados con tu pintalabios?

¿Escribías poemas cortos en tus cuadernos cuando las clases te parecían aburridas?, ¿Hacías rayas, dibujos, letreros y cosas así en las últimas páginas de tus cuadernos?


¿Abrazabas a tus amigos del colegio cuando los volvías a ver después del fin de semana?, ¿Alguna vez se te hizo tarde para regresar a casa y algún compañero se ofreció acompañarte hasta tu hogar?,¿Recompensó tu madre a ese chico galante con una limonada, agua fresca, o un café con una de esas arepas que solo ellas saben hacer?

Perdona este vano intento por llenar con preguntas y palabras incomodas este gran vacío. Nunca sabrás cuanto silencio hay en tu casa, y cuanto silencio hay en tu cuarto. Tu cama fría, vacía. Cuanto dolor y cuantos recuerdos se encierran allí. No sirve de consuelo decir que nunca llegaras a saber que tu madre se encierra en ese cuarto, envuelta en el dolor, pero más en los recuerdos.

¿Tuviste juguetes?

¿Guardabas juguetes de tu infancia temprana?

¿Abrazara tu madre esos juguetes buscando el aroma de tu presencia?

Pero, dejaste diciendo en una carta, que añorabas juguetes.  

“Quisiera volver el tiempo atrás y disfrutar más; jugar con una muñeca, aunque toda niña lo hace, jamás lo hice.”

Todos lamentamos no haberte conocido antes, te habríamos obsequiado bellas muñecas.

Cuanta curiosidad siento por saber cuál sería tu libro favorito. ¿Cuántas historias habrás podido disfrutar?,

También me pregunto si alguna vez leíste El Principito y si te gustaba el capítulo en el que habla de que las flores son débiles, e ingenuas y que por eso: “se defienden como pueden y las espinas son su defensa.”  Como lamentamos el que no hayas tenido espinas para defenderte el aciago día en que un lobo de las tinieblas te envolvió con su oscuro manto y apagó los colores de tu arcoíris.

Cuanta razón tenías al escribir en tu carta “Hay momentos en los que me asusta crecer, siento que no estoy preparada para enfrentar este mundo sola.”

Es una desgracia que el mundo te haya dejado sola.

Por eso estamos aquí para decirte, que tus colores renacen, brota un rojo de furia, un carmín encendido de la indignación, un rojo de la sangre que llama, un purpura de dolor, un azul de un cielo que se asoma con pena por ser el testigo de la tragedia, un verde esperanza de las gentes buenas, un arcoíris que se refleja en las lágrimas de quienes te lloran, pero sobre todo renace un color claro transparente, como el de las aguas diáfanas que purificaron todo tu ser.  Tu alma y tu presencia etérea se envuelve en blancas nubes y emerges pura, diáfana, un copo de algodón inmaculado en el infinito, como el apellido que acompañaba tu nombre: Blanco.

Blanco es tu estandarte; es la tinta que escribe tu historia en un mundo oscuro y cruel. El blanco es eterno contigo por siempre niña. Camina ya sin miedo por tu sendero; el arcoíris va contigo. Ya no habrá más oscuridad, tu luz es tu guía. Corre para la escuela celestial niña, los ángeles te acompañan, en algún lugar alguien estará honrando tu nombre por siempre: Ana Karina Blanco.

*** 



John Montilla (21-V-2023)

Imágenes. Tomadas del perfil de Facebook de Ana Karina Blanco Duran.

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BANDIDAS GALLINAS

 Por. John Montilla


Un grupo de gallinas “peladas”,

que no tenían donde caerse muertas;

Sin un dólar bajo las alas.

Sus pollitos estaban: “Pío, pío, pío,

porque tenían hambre, porque tenían frío.”

Estaban prácticamente en la olla.

La gallina más vieja dijo:

“Tenemos que hacer caldo, digo algo.”

Entonces desesperadas decidieron crear una banda delincuencial

para ir a “desplumar” un restaurante.

Una dijo:

- ¿Pero, por qué un restaurante, no es mejor un banco?

Y otra le respondió:

-Tranquila vamos poco a poco, recuerda que:

“De grano en grano llena la gallina el buche”.

Todas estuvieron de acuerdo;

menos el gallo; pues le dio miedo.

Resultó una completa “gallina”.

Una le dijo:

- “Te faltan de esos ovalados que ponemos nosotras y que los humanos se comen fritos.”

Trataron de convencerlo con este argumento:

“Quien no arriesga un huevo no tiene un pollo.

Pero el gallo no respondió nada.

Humillado y en silencio “ahuecó el ala.” 

No lo volvieron a ver.

Como ya tenían las cosas claras “y sin yema”.

Planearon dar el golpe en lo oscuro de la noche.

Pues el dueño “se acostaba temprano como las gallinas”,

Decidieron salir en plena hora “pico”

para camuflarse entre la gente.

Y así lo hicieron.

Todo iba bien, lograron meterse al restaurante.

Pero una gallina “metió la pata”.

Voló a un estante,

se echó en una paila

y puso un huevo.

Luego se puso a cacarear.

Con la bulla despertó a un gato que allí estaba,

El cual pegó un saltó sorprendido.

La gallina se asustó y se vino al suelo

Con estante, paila y huevo.

No se sabe si cayó primero el huevo o la gallina,

o tal vez la paila.

El huevo cayó dentro del sartén

Y quedó hecho perico.

Se formó tal estrepito que alertó a mucha gente,

Llegó la policía

Y agarró a las gallinas con las manos en la masa,

*Corrijo: “Con las “alas en la masa”

*Corrijo otra vez: “Con el pico en la masa.”

y también con el pico en la mesa.

Total, la policía les “echó mano.”

En la mesa, “la gallina y el marrano se cogen con la mano”.

Aunque “A - las” gallinas no se las puede esposar,

Pero sí, despostar.

La muchedumbre gritaba que las enviaran a “La Picota”.

Y ahora el dueño del restaurante a las gallinas bandidas,

las quiere ver:

“presas”

***



John Montilla (16-IV-2023)

Cuentos para Gabriela

Fotografía: 1. Fotomontaje con imágenes tomadas de internet. 2. John Montilla.

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viernes, 7 de abril de 2023

DIME KARINE

Por. John Montilla

In Memorian:

“Si pudiera escribir como usted, quisiera contar esta historia.” (Karine Medina)

                                           

Y como ya no estás amiga para contarla, entonces lo haré yo mismo, tus palabras más que autorizarlo, me lo piden.

“Nos conocimos” el día que de manera cordial escribí una crítica en sus redes sociales, porque ella había publicado la foto de un paciente en una silla de una sala de odontología; ella era auxiliar. Creo haberle dicho algo así como que no estaba siendo discreta con la intimidad del paciente, que a muchas personas no les gustaría que les tomen y les publiquen una foto en esas circunstancias. No recuerdo bien cuál era el propósito de la publicación.

Ella no me respondió de forma tranquila, más bien diría yo, que salió con piedras en la mano a defender su fotografía. Recuerdo que dijo que le habían pedido al paciente que les autorice hacerlo y que él había estado de acuerdo y agregó otro tipo de cosas. Yo le rebatí su posición y nos agarramos en una discusión escrita, debajo de la publicación; nadie más intervino. Argumento iba y venía en tono firme pero cordial. Luego para no seguir el debate de manera pública decidimos seguir el tira y afloje en el chat privado. Al final, no estoy seguro de quien le dio la razón a quien. Fue una “pelea noble”.  Lo único cierto es que, a partir de ese día, seguimos compartiendo información, luego nos agregamos como contactos y de así creció una linda amistad virtual que duro varios años.

Ella un día la describió así:

“Extraña amistad, pero muy bonita.” “Le he contado a algunas personas.” “Les parece raro, pero dicen que son cosas que en la vida pueden pasar.” “Somos del mismo lugar, nunca nos hemos visto pero si hablamos por redes con mucha confianza.”

 Por cuestiones de trabajo se fue para Guatemala, y desde allá me contaba de sus ratos de nostalgia: 

“Tengo un par de negocios”, “Pero, me hace falta la tierrita.” Me decía que extrañaba mucho la cultura y sobre todo extrañaba la comida.

 Cierta vez le pedí que me contara de cosas típicas de allá que le gustaban y me menciono tres: Caldo de frijoles tradicional, hilachas de carne al estilo guatemalteco y una comida rápida a la que llamó “shuco”, cuando le pregunté que era eso me respondió:

“Es como un perro caliente, pero le ponen de todo.”

Cuando le puse este reto: “Shuco o tacacho”, me dio una hermosa respuesta:

“¡Tacacho!

“No lo dudo.”

“Y con plátanos del Putumayo.”

“Toda una vida.”

J.M 

Me decía que siempre leía mis publicaciones

 “Yo leo lo que sube.” Y yo le seguía sobre su vida en el exterior: trabajaba, conoció a alguien, se casó, la vida le sonreía, pero sus problemas de salud eran el principal obstáculo de su tranquilidad. A pesar de eso no perdía su carisma y talante positivo: “He estado viviendo en el hospital.”  En cierta ocasión regresó Colombia y estuvo en nuestro pueblo, pero no me enteré y por supuesto no pude verla ni conocerla. Sus problemas de salud y el tiempo no lo permitieron:

“Hasta paré en el hospital de Mocoa.” “No tuve tiempo ni para visitar a toda mi familia.”

 En la última conversación que tuvimos me pidió que le ayudara con palabras:

 “Tengo un grupo de Facebook de mujeres; antes era de ventas; pero ahora que yo lo administro quiero cambiar el propósito del grupo. quiero que sea para chismear, consejos, un espacio de desahogo, para subirnos el ánimo y cosas como esas.”

 “No sé qué nombre ponerle... tengo una palabra en mi cabeza, pero no logro darle forma.”

 Quedamos en retomar la charla ese día a media tarde, pero nunca lo hicimos.  Me escribió unos días después y me dejó de manera premonitoria sus últimas palabras:

 “Hola

Regresando desde el más allá.

Casi muero.

Pero aquí estoy de regreso.”

Pero, ya no regresó más al chat, me enteré de su fallecimiento dos días después de que había sucedido. No puedo describir la sensación tan extraña de vacío y nostalgia que me dio al enterarme de la noticia.  Estaba frente a la pantalla del computador buscando un cuento para leerle a mi hija. Entonces decidí contarle esta historia. Al terminar; la frase que mi hija expresó resumía mis sentimientos.

“Yo también tengo ganas de llorar.”

 Karine me dijo un día: “Yo le tengo mucha admiración y espero poder un día conocerlo.”

 Un día de carnaval del seis de enero de hace unos años, estuvimos a menos de 50 pasos de distancia, pero no pudimos conocernos. Lo supimos después de pasado el evento y cuando ella estaba de regreso en Guatemala y cuando hablamos de donde habíamos estado ese día.

 Alguna vez le escribí: “Me hubiera gustado poderle decir, aunque sea “hola”… pero en persona.”

 Eso ya no será posible; tampoco podré decirle el nombre que había pensado para su grupo, por eso decidí ponerlo de título para esta historia que me pidió que contara.

Descansa en paz amiga Karine Medina.

 


***

John Montilla (6-IV-2023)

Relatos de mis memorias.

Fotografía: Tomada del perfil de Facebook de Karine Medina. 

Historias en:  jmontideas.blogspot.com