sábado, 30 de noviembre de 2019

Memorias escolares

Por. John Montilla

JUAN SIN MIEDO

Hace unos años en la localidad de Puerto Umbría, a la hora en que un grupo de estudiantes estaba concentrado respondiendo un examen, se desató una balacera cercana, producto de una escaramuza entre el ejército y la guerrilla. Todos los estudiantes y el profesor instintivamente se tiraron al piso. Algunos de ellos incluso se arrastraron para salir del salón buscando un sitio más seguro donde protegerse. En ese pánico y algarabía estaban cuando de repente uno de los chicos que no había estudiado, se arrastró con su examen y lapicero hasta el pupitre del muchacho más estudioso de la clase. Y mientras muchos de ellos lloraban y temblaban de miedo. El “juan sin miedo”, pese al trepidar de las balas y llanto de sus compañeros, tomó el examen de su compañero y se puso a copiar las respuestas tendido en el piso debajo de la mesa.

                                                                    *  *  *
Mi mejor recuerdo de un profesor es  que enseñó a amar todo lo que hago. Laura S.

Les hice escribir a mis estudiantes de grado 11. Algunas memorias de su vida escolar y aquí presento una selección de los apuntes más originales:


1. Recuerdo que cuando era niña mi mamá me daba un beso antes de dormir para el otro día ir a la escuela.  (S. R.)

2. Puedo leer libros, pero no leo textos escolares.  (A.I)

3. Adiós infierno de buenos recuerdos. (H.H)

4. “Cuando coman gallinazo, asegúrense de cortarle antes la cabeza.” Dijo una profe después de alguien soltó un “gas” en clase.

5. Gracias por recibir a un “chico ignorante” y ahora entregar un “hombre culto”.

6. Un profesor siempre que llegaba a clase solía decir: 
     “Los libros tienen buena vitamina “SÉ” ”

Mi profesor de artes decía :"El pintor pinta lo que mira, el artista pinta lo que siente." Angie R. 

7. Me gustaría ser como las sillas del colegio… ellas no hacen nada.

8. Una de las frases típicas de mi madre: “En la casa arreglamos”, 
     cuando iba al colegio a ver mis notas.

9. Una vez un compañero de grado sexto, al recibir un taller de español. Me mira y me dice “Este será nuestro fin”, la actividad ya estaba calificada, con nota deficiente de 2.5. Todos habíamos copiado lo mismo.

10. Me gustó cuando hace años un profesor le quebró la regla en la espalda 
      a un compañero.  (Steven)

11. Hace tres años publiqué una foto con un profe, y escribí esta frase:
      “Brilla la luna,
       brilla el sol.
       Brilla la calva del profesor.”
       El profe la vio y me pidió que la eliminara.

12. Amigos: “Gracias por darme copia en los exámenes, los amo. “

13. Mi hermana dijo un día: “La única forma de que no me levante llorando 
      para ir a la escuela, es que me dejen jugar hasta tarde.”

14. Una vez mi profesora se quedó hasta que mis padres llegaron 
      porque ellos se habían olvidado de mí.

15. En grado octavo, el profe nos estaba enseñando a hacer casas, y de repente dijo:  
      “Muchachos pongan cuidado, si quieren llegar a ser buenos albañiles.”

16. Cuando estaba en quinto mi profesora me dijo que “nunca me graduaría”,
      pero el tiempo ha demostrado que ella estaba equivocada.


17. Cuando estaba en grado quinto, mi profesora me regalo un vaso con la foto de mis compañeros. Años después aún lo conservo.  (Felipe)

18.  Mi profesor de grado cuarto me regaló un balón, desde entonces amó el futbol.  (E.V)
19. Cuando estaba en grado primero, mi mamá me cortó el cabello. No quería ir a la escuela porque estaba triste. Recuerdo que al día siguiente era Jueves Santo y nos llevaron a la iglesia y la coordinadora que también tenía el cabello corto se acercó hacia mí para hablarme y me dijo que me miraba bonita con mi cabello así. Amé que ella me hiciera sentir bien. 

20. Teacher: “Usted le pone corazón a su trabajo.”


21. CRÓNICA DE UN CHICO BUENO EN UN MUNDO OSCURO:

Les voy a contar la historia de la primera vez que copié en un examen: Era un test de Ciencias Naturales, no había estudiado nada y estaba nervioso, porque yo era aplicado en clase. Estaba sentado al lado del asiento del profesor. Él estaba revisando el mismo examen, pero de otro curso. De repente, le entró una llamada al celular y cuando se levantó de su silla para ir a contestar afuera, se le cayó sin que él se diera cuenta una hoja. El destino quiso que cayera justo a mis pies. Me di cuenta que era un examen, ya estaba revisado con nota de 5.0. No sabía que hacer. El profesor pronto volvería; alcanzaba a escuchar su voz junto a la puerta, y quizá si mirara ese papel en el piso pensaría que fui yo quien lo tomó. Podría acusarme, y mis nervios lo convencerían de en realidad fui yo el culpable. Yo era un buen chico y mi moral también era fuerte para ese tiempo, por eso me decía a mi mismo: “Levanta esa hoja y ponla en la mesa.” Pero si hacía eso, perdería el examen que estaba haciendo. Entonces, pese al sudor y el temblor de mis manos, copié las respuestas. Aún hoy me acuerdo de la secuencia plasmada en el papel: A, B, C, A, B, C, A, B, C, D. Y luego en un movimiento rápido levanté el papel y lo puse de nuevo en su sitio. Nadie pareció percatarse de mi drama.
Saqué: “5.0”, pero a que costo.

(Miguel R. ) 



John Montilla. Recopilación e imágenes 
(30-XI- 2019)
jmontideas.blogspot.com 


No hay comentarios:

Publicar un comentario