Por. John Montilla
“He crecido cerca de las vías y por eso sé que la tristeza
y la alegría viajan en el mismo tren.”
(Fito Cabrales)
A la dueña sólo le gustaba
arrendarles habitación a estudiantes, pero por alguna razón rompió su habitual
regla y una tarde le alquiló un cuarto a un señor y algo inusual ocurrió esa
noche en la casa.
REDACCIÓN PENDIENTE POR PUBLICAR (MIL
DISCULPAS)
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John Montilla: (Neiva: 28 -XII-2023) -Relatos de mis memorias
SER “BUENA PAPA”
El vendedor ambulante
instalado frente a la clínica había dado los precios de sus productos: Las
empanadas a mil pesos, las papas rellenas a dos mil pesos, y las arepas de
huevo a tres mil pesos, Esto último era lo que quería la niña, quizás de unos
siete u ocho años. La mamá de la menor se puso a buscar y contar las monedas
que tenía en una trajinada carterita de color rosado y acto seguido se palpó
todos los bolsillos tratando de encontrar dinero en algún rincón olvidado de su
vestimenta para luego concluir diciéndole con cierta frustración a su hija:
“No me alcanza”.
El gesto de decepción en el
rostro de la niña fue bastante evidente, entonces decidí intervenir de forma
cordial:
-Tome la arepa señora, yo se
la pago.
La señora me respondió con
un “Dios los bendiga”; tomó la arepa y se la pasó a su hija al tiempo que le pedía
que agradeciera por ello. La niña así lo hizo y luego feliz se puso a comer.
La emoción de las personas
que estábamos a esa hora comiendo en la calle fue bastante evidente ante este
pequeño cuadro de inocencia infantil.
Cuando terminó, ella y su
madre se dispusieron a cruzar la calle.
La niña alzó la mano en señal de despedida, al tiempo que volvía a
repetir con una vocecita repleta de ternura “Muchas gracias, señor.”
Fue un episodio espontaneo, inocente
y reconfortante para quienes estábamos lejos de casa la noche de navidad.
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Coletilla: “Ser buena papa”
en Colombia, significa ser buena persona con los demás.
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John Montilla: (Neiva: 24 -Dic-2023) -Relatos en mi camino
CORTE A LA FIDELIDAD
Hoy, después de tanto tiempo
de fidelidad.
He roto ese lazo de
confianza.
No fue culpa mía;
las circunstancias me
llevaron a ello.
Fue el tiempo
y la distancia
El tiempo porque hace días
que necesitaba ver a alguien como ella
y no podía esperar.
Y la distancia porque estaba
lejos de casa.
Por eso hoy rompí el espejo
de la lealtad:
Pasaba frente a una puerta
de cristal y la vi a ella.
Rubia, de un rubio
artificial, pero no me importó mucho.
Ojos claros, bella, rostro
festivo.
Intenté abrir la puerta y no
pude,
Entonces ella me franqueó el
camino desde adentro.
Lo suyo fue una invitación
que me llevó a la traición
Me hizo pasar.
Con una amplia sonrisa comercial
me envolvió en sus dominios.
Me invito a que me sentara
en un cómodo sillón blanco.
Pude sentir la suave
fragancia de su perfume mientras se hacía a mis espaldas.
No me cubrió de besos,
sino que cubrió mis hombros
con una delicada y transparente capa plástica.
Me pasó las manos por la
cabeza
y luego con voz dulce me
hizo la pregunta,
que ya consideraba olvidada:
¿Cómo quiere su corte de cabello?
Y fue así, como después de
tanto tiempo de fidelidad,
traicioné a mi peluquera.
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John Montilla (Neiva: 30-Dic-2023) - Divagaciones
Fotomontajes con imágenes
tomadas de internet
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