miércoles, 13 de marzo de 2024

TAMALTRIX

Por. John Montilla

“¿Qué es real? ¿Cómo defines lo real? Si estás hablando de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, lo que puedes saborear y ver, entonces lo real son simplemente señales eléctricas interpretadas por tu cerebro.” (Morfeo en Matrix)

Me sorprende que por los barrios aún siga pasando el señor de los tamales. Todos en algún momento de nuestras vidas hemos escuchado a uno que pasa como alma que lleva el diablo pregonando por las calles: “Tamales, tamales, llevo los tamales.” Y cuando lo escuchas en la mañana, todavía estas acostado, entonces te levantas de un salto, y corres por las chanclas, con la única intención de hacer que se detenga; imposible pensar en agarrar dinero para pagar. Te asomas a la ventana o la puerta, y alcanzas a ver que el hombre va justo doblando en la esquina más próxima.  Perdiste otra vez la oportunidad del desayuno listo.

¿Por qué nadie en la cuadra le compra?, ¿Por qué el vecino nunca madruga y lo detiene por nosotros?, ¿Dónde los vende, si nadie alcanza a comprarle? ¿A dónde viajan los tamales? Todo un enigma.

Y, aun así, el señor sigue pasando, como si fuera ajeno al mundo en que vivimos, imperturbable al paso del tiempo. O tal vez él no es real y no pertenece a este universo y sigue pasando porque es un “bug”-es decir un error del sistema- de esta simulación que conocemos como universo. Tal vez si desciframos el misterio del momento en que se venden y acaban los tamales viajeros podamos encontrar la salida de la “matrix”.  Quizás el día que amanezcamos con el rostro pegado a la ventana y “capturemos” al señor de los tamales justo cuando pase por nuestro “portal” y logremos comprarle uno, nos liberemos de esta simulación.

                                                              ***

John Montilla (18-II-2023)

Divagaciones (Adaptación)

TAMALTRIX - II (RECARGADO)

La maravillosa nave galáctica de los tamales vuelve a escucharse fugaz un domingo en la mañana, es como un rayo que aparece y desaparece en segundos, pero esta vez se alcanza a percibir un mensaje claro y enigmático: “

“Lleve los tamalitos, estos tamales te alisan el pelo, te quitan las arrugas y te ponen los ojos azules:”

Alguien sugiere demandar al piloto de la nave por publicidad engañosa, pero antes tienen que atraparlo, pero la mayoría quizás crea que este alimento lleve cubierto en su envoltura la fuente de la eterna juventud y por eso corren detrás de él con la esperanza de alcanzarlo, para así tratar de develar el incomprensible misterio que “envuelve” su prodigioso manjar legendario. Puede ser que los “Tamaltrix” tengan las propiedades que desafían toda lógica y sentido común.  Tal vez al probarlos no sólo satisfagan nuestro apetito, sino que también desencadenen una serie de efectos inexplicables que nos sumerjan en un mundo de metafísica y realidades alternativas.  

Es posible que, tras el primer bocado, se experimente una metamorfosis instantánea y se cumpla lo que pregona hasta el cansancio con su megáfono sideral o hasta más, quien quita que después de haber quitado las olorosas y verdes hojas de plátano ya cocinadas y consumido el producto el rango de beneficios aumente. Que tal que luego puedas predecir el futuro viendo el reflejo de los objetos, o adquieras la habilidad de doblar el espacio-tiempo o te den la capacidad de leer los pensamientos de perros y gatos. O también que tus manos se conviertan en una especie de detector sónico que te permita encontrar objetos perdidos y en últimas una vez consumido el producto que puedas comunicarte con seres de mundos paralelos a través de los eructos.

Pero el señor de los tamales que se revela como el guardián de esa receta mágica que conecta nuestra realidad con otras matrices de existencia es inalcanzable para nosotros, simple mortales con hambre en la mañana dominical. ¿Será posible que al alcanzarlo nos lleve a un “portal gastronómico” en el que podamos trascender de extraña simulación en la que estamos atrapados? Los “Tamaltrix” podrían ser el vínculo perdido que nos lleve a descubrir la verdadera naturaleza de nuestra existencia en este laberinto cósmico.  Pero para eso tienes primero que lograr alcanzarlo y eso es algo que está muy lejos de nuestras posibilidades humanas, sobre todo si él va en un vehículo espacial y tú intentas corretearlo en sandalias y en piyama.

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John Montilla (5-XI-2023)

Divagaciones

Fotomontaje con imágenes tomadas de internet

Historias: jmontideas.blogspot.com 

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