miércoles, 11 de enero de 2023

FRESCOS RECUERDOS

 Por. John Montilla

 Lo que voy a narrar “no es falso como las vitaminas que trae el fr …tiño.”

No sé si aún se consiga en el mercado ese producto, se llama o llamaba Fresco Royal, en otros tiempos, no lo ofrecían con todas las bondades con que promocionan esos “polvos alimenticios” de ahora, en las que dicen que son más saludables que las mismas frutas.

Recuerdo que, en tiempos de mi escuela primaria, existía la costumbre de vender ese polvo del Fresco Royal por cucharaditas y mezclado con azúcar. ¡Tremenda golosina, de milagro estamos vivos con esas cargas tan grandes de dulce!

 Vendían la porción envuelta en cartuchitos de papel por el precio de centavos o un peso de la época. Lo sabíamos compartir echándonos de a poquito en la palma de las manos y lo comíamos untándonos y chupando un dedo que sabía terminar teñido del color del producto. Me pregunto cómo estarían esas manos a la hora del recreo. Nuestra generación agarró todas las defensas del ambiente, sobrevivimos a todas las vicisitudes de una época.

 Los vendedores a veces solían mezclar los sabores de esos polvos alimenticios. Ellos, que eran estudiantes de los cursos superiores llevaban un frasco lleno de esa mezcolanza, y al terminar el día lo llevaban vacío de vuelta a casa. Lo sustancial, era tener el frasco, una cucharita para medir la porción, los papelitos para empacar, un monedero para guardar las ganancias, y el capital inicial para invertir en el dulce negocio. Un emprendimiento del ayer.


Ese “polvo mágico” en algún momento desapareció del mercado, porque fue aplastado por el peso de la publicidad de otro y hace años no volvimos a tener noticias del tradicional Fresco Royal. También, tuvo competencia, con otro producto, que no pego mucho quizás debido a que su nombre venía en inglés “Kool Aid” y a la gente le quedaba como difícil repetir en las tiendas lo que decían en la televisión: “Cul-eid- cul-eid”. Los muchachos si eran buenos para repetir ese estribillo en la calle, pero dándole un giro picaresco al referirse al producto:

 “Yo ya no tomo Fresco Royal, ahora me la paso es “Culeid- culeid”.”

Ese “polvo pinta tripas” como le dice alguien que conozco y a quien nunca le han gustado esos productos, sabía tener como figura de presentación una elegante jarrita animada, con traje y corbatín, tan elegante como la dama que alguna vez vendía esa golosina en la escuela y a quien volví a ver años después de pura casualidad. Estaba radiante y élegamente vestida, me saludó sin detenerse con un simple “hola” y una amable sonrisa; yo no pude evitar recordar que hace muchos años le vi un piojo en una de sus orejas, mientras me vendía una porción de Fresco Royal.

***

John Montilla (17-X-2022)

Relatos de mis memorias

Imagen: Tomada de una de mis revistas de colección. 

jmontideas.blogspot.com


1 comentario:

  1. Jajaja muy bueno este relato. Y lo del piojo, mortal. La destruiste. Así es muy creídas y con piojos. Además vendiéndole basura a los niños.

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