lunes, 23 de diciembre de 2019

Mi viejo juguete

Por. John Montilla


“Lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa es en ella una maravilla.” 
                                                                                                 G.K. Chesterton
                                                                                               

Fotografía. John Montilla

Conservó entre mis tesoros personales, algunos elementos de mi niñez, entre ellos un cuaderno de grado primero, un álbum de comics, y uno que otro objeto diverso, cada uno posee su propia historia, pero hoy me voy referir de manera breve a mi viejo álbum de comics. Me imagino que para los coleccionistas debe tener algún valor monetario, yo nunca lo he visto por ese lado, jamás lo vendería.

Por ahora, les quedo debiendo la historia que tengo del álbum, le tengo reservado un capítulo aparte. Únicamente me atrevo a adelantar que lo tengo hace varios años, y que el contenido y las imágenes son geniales. Y por supuesto estas son cosas que ya no se volverán a ver nunca más.

Mi viejo álbum, me sirve hoy como pretexto para preguntar si alguno de ustedes guarda en su casa algún elemento o juguete que los conecte con sus recuerdos de antaño. Nada más interesante que conocer las historias de aquellos preciados objetos personales. Voy a compartir unas tres historias sobre algunos tesoros del ayer que alguna vez me contaron:




                                                                 ***
MI MUÑECO

Mi objeto viejo es un juguete que me regalaron mis padres cuando tenía unos cinco años. Recuerdo que siempre jugaba y bañaba ese juguete al que le coloqué el nombre de “Banco Caja Social”, ya que era un juguete de plástico en forma de niño pequeño, pero a la vez con cuerpo de grande, era gordo y bien presentado con pantalón azul y camisa blanca, chaleco rojo y corbata.

MI muñeco me gustaba mucho porque en la cabeza tenía una abertura y era por allí por donde yo sacaba monedas para comprar dulces.  Obviamente las monedas que había allí eran las que depositaban mis padres y en los descuidos de ellos, yo aprovechaba para tomar dinero sin permiso.

Aún conservo ese muñeco, ya que cada vez que lo veo recuerdo muchas cosas de mi infancia que me traen gran alegría.   

(Nelly Cristina M.) 2015
Foto. Kienyke.com


MI FALDA DE BACHILLERATO

La falda para mi es un objeto preciado. La mantengo colgada en mi ropero como si aún la usara, porque cada vez que abro mi closet y la veo me llena de recuerdos muy bonitos que viví durante mi época de estudio de bachillerato en mi colegio, que en aquellas tiempos era únicamente de modalidad femenina, el cual era regido por monjas franciscanas, y a pesar de que la relación escolar era únicamente entre mujeres, pasábamos momentos muy divertidos que siempre viven en mi mente como si los hubiera vivido ayer.

Algunas veces mi madre intentó regalar mi falda, pero yo siempre me oponía, la recuperaba y la regresaba a su puesto correcto, es decir, estar entre mis cosas preferidas.

(Sandra Lorena T.) 2015.

Fotografía. Anny Acosta

LA  CHAQUETA  AZUL

Mi tío fue un hombre alegre y extrovertido, casi obsesionado por la felicidad, su estatura promedio era de 1.65 metros. Tenía ojos color miel, cabello negro. Viví con él poco tiempo. Un día mi tío se fue a la ciudad de Cali y me trajo una hermosa chaqueta azul, ese fue el primer regalo que él me dio. Yo estaba tan alegre que recuerdo tanto que casi me la ponía todos los días, no me la quería sacar, solía estar sucia y mi mamá me sabía regañar porque no quería sacármela, y que era un lío para lavarla porque yo lloraba mucho, y si la colgaban bajo, yo la agarraba sin importar que estuviera húmeda y así me la quería poner. Quería estar con ella todo el tiempo, así hiciera calor y cuando se descocía por tanto uso mi madre tenía que cosérmela; esto lo hizo varias veces.

Ahora, pienso que más que la chaqueta lo que me gustaba era la tela suavecita y fresca, aún puedo saborear ese recuerdo. Tristemente mi tío tuvo que partir a una nueva dimensión un 23 de diciembre. Recuerdo tanto el cariño por mi tío, que cuando me enteré de la triste noticia creo que me desmayé, dicen que mi familia tuvo que darme calmantes para que pudiera dormir. Mi madre al verme en tal mal estado no me quiso llevar al entierro porque era muy pequeña y me enfermaría. Lloré mucho. Entonces, me puse mi chaqueta azul como tres días seguidos y luego me la quitaron y la lavaron. Desde entonces la guardé. Aún conservo mi vieja chaqueta azul.

(Sandra Lizeth R.) 2015
Fotomontaje J.M . Imágenes tomadas de internet.

John Montilla. Recopilación y fotografías.
2019
jmontideas.blogspot.com



1 comentario:

  1. Tengo 37 años,, hasta hace poco guardaba unos pompones y un traje de bailarina que usé cuando tenía 7 años. Hoy ya no los tengo y me duele mucho no haberlos conservado mas tiempo.

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