“La imagen de un niño que
descarga el contenido
de un tarro de espuma carnavalera sobre las cristalinas
aguas
de uno de nuestros ríos dio origen a esta diatriba.”
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A ti “Señor Talco” te voy a
“echar en cara” un puñado de agravios, para decirte que estamos pensando en no
invitarte más a nuestros carnavales. Quizá reclames que nos has acompañado por
muchos años en el juego y en el jolgorio, pero te has salido de nuestras manos
de una manera grosera y agresiva y por tanto el pueblo ya te está viendo como
un participante indeseable que desdibuja el colorido de la fiesta.
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Para comenzar, “Señor Talco” hay
que acusarte de que rompiste la tradición del juego de los abuelos, cuando
ellos de manera decente jugaban el carnaval del 6 de enero usando unos ya
olvidados y coloridos tarros plásticos en los que solías venir a la festividad.
Ellos de manera cordial levantaban el sombrero de sus amigos y pedían permiso
para echarte en sus cabezas como señal de amistad. Ellos no apuntaban a la
cara, mucho menos buscaban que llegaras directo a herir los ojos.
Pero, hoy “Señor Talco”, ya
nadie pide permiso para que entres en el otrora divertido juego; y ya no se
quita el sombrero, la gorra, la pañoleta o lo que se tenga en la cabeza de
manera cortés, sino que se abalanzan sobre la gente una pandilla de vándalos y no
te esparcen con el cariño de unos gramos salidos de un tarro plástico, sino que
caes en forma de agresivas manotadas sacadas de un rústico bulto. Sépalo “Señor
Talco” Nadie se siente cómodo ante tu presencia después de un desmedido ataque
de esos.
También hay que recordarle
“Señor Talco” que usted es un entrometido que
de manera paulatina se ha venido colando al carnaval antes de la fecha a
la que era invitado, por eso, nos parece raro y de mal gusto verlo desde el 4
de enero, ya enmugrando nuestras calles, y ni que decir del malestar que da
verlo metido de lleno en la fiesta del 5 de enero, día del juego de la ya olvidada y cariñosa
“pintica” negra , cuando a usted “Señor Talco” se le tenía reservado un espacio exclusivo
para el seis de enero. Pero como pretende adueñarse y dañar no sólo la fiesta,
sino también la tranquilidad, el orden, el medio ambiente y la salud lo vamos a
sacar del baile.
Foto. Studio Capital Mocoa |
Usted “Señor Talco” debería
saber que después del desfile multicolor de comparsas y carrozas, mucha gente marcha en
caravana hacía nuestros ríos para librarse de su molesta presencia, pues muchos
únicamente quieren ver el colorido espectáculo y no jugar con usted, pero no les queda más
remedio que soportarlo y aquellos que llegan al río con usted a cuestas llegan
a enturbiar las aguas al tratar de quitárselo de encima de su ropa, sombreros,
gorros, ponchos, bolsos y todos los elementos con los que presenciaron y
aguantaron varias horas para poder ver
los trabajos artesanales, casi que arruinados por la cantidad de polvo que
mucha gente inconsciente arroja sobre ellos.
No sobra decirle “Señor Talco”
que sentirlo y verlo en los ríos es una molestia para aquellos que desde muy
temprano en la mañana han decidido ir a gozar de la naturaleza, precisamente
para huir de su presencia en la ciudad. Pero usted decide llegar hasta allá
viajando en todo tipo de vehículos desde los cuales sale disparado a manotones
contra todos aquellos que encuentra en el camino y que lo han estado esquivando
todo el día.
Foto. Jesus Salvador |
También hay que recordarle
“Señor Talco” que muchas veces en manos criminales de manera peligrosa se ha
disfrazado para meterse al carnaval en forma de harina, cal, cemento y cuanta
cosa se le parezca; y muchas veces esto ha generado peleas, accidentes y
situaciones de salud delicadas de nuestra gente. También hay que decir que
muchos camuflándose en jugar con usted lo han usado con el propósito de
apropiarse de las pertenencias ajenas. Usted “Señor Talco” sale a manotazos
sobre las caras de los desprevenidos que indefensos bajan la guardia y quedan a
merced de los delincuentes.
Lo he visto a usted “Señor
Talco” ser usado de la manera más ordinaria posible, algunos lo arrojan por
montones en cajas de cartón o costales sintéticos que luego son puestos sobre
victimas que terminan casi asfixiados al ser cubiertos con ellos. Y otros para
variar optan por combinarlo con agua y arrojarlo a puñados llenos como
proyectiles contra las personas. El blanco al que apuntan siempre es la cara. A
usted “Señor Talco” le da igual ser usado para agredir a ancianos, mujeres o
niños. Usted no sabe el dolor que da ver a un niño llorar porque usted de
manera inmisericorde cayó sobre sus ojos.
Foto. Laura Montoya |
Los abuelos para prevenir
accidentes en sus ojos solían usar unas sencillas gafas hechas de un plástico
transparente adornadas con plumas sintéticas de vistosos colores, pero hoy,
algunos para salir y enfrentarse a usted “Señor Talco” se visten casi como en
un traje de buzo para protegerse de las agresiones que llueven por todos los
costados. Y algunos recuerdan con nostalgia que incluso el 6 de enero era un
día para estrenar ropa, pero ahora con su desmedida presencia “Señor Talco”,
todo el mundo sale en traje de combate, porque eso es lo que se ve en las
calles: Feroces batallas campales en la que usted es el protagonista; y ese protagonismo
es lo que queremos quitarle.
Queremos que la gente no se
sienta secuestrada en sus casas por su culpa “Señor Talco”. Queremos poder
comernos una empanada sin sentir su sabor en la garganta. No queremos ver las
imágenes de niños parados sobre bultos suyos contemplando el desfile de las
carrozas. No queremos que nuestros parques y calles queden marcados con su
sofocante presencia. Y con todas estas palabras que le acabamos de enrostrar; muchos
queremos dejar de invitarlo a nuestras fiestas. Sabemos “Señor Talco” que no va
a ser fácil sacarlo a sombrerazos del carnaval, pero vaya sabiendo, que muchos,
desde ya, la próxima vez que lo veamos, le vamos a hacer mala cara. Su presencia aquí ya no se mira con buenos ojos.
John
Montilla. Texto (fotografías 1 y 2 imagenes tomada de internet )
Docente.
Lic. en Lenguas Modernas.
Esp.
Procesos Lecto-escritores
10-I-2020
jmontideas.blogspot.com
Good good very good my dear friend. Next time the powder will be an unexpected invited and maybe there will be problems as always there is a first time and after it . . . it has never been invited for many reason it is a food? or ? It a thing which doesn't know how to speak, smile or listen and the worst the Mayor told what he has never said "to build a place for such an activity". This place must be built to not for that.
ResponderEliminarEs un interesante escrito que lo deben llevar al Concejo municipal para que ellos tomen medidas ya porque no sirve en octubre o noviembre. Para estas fechas la comercialización del producto está dada y nadie quiere perder..Es mejor regular ahora para que el productor no lo destine para estos fines. Por un carnaval limpio y cultural
ResponderEliminarExcelente escrito, describe muy bien como antaño se jugaba el seis de enero y en la agresión que se ha convertido hoy, a eso no se le puede llamar carnaval, ni fiesta de reyes, es bien algo grotesco y vulgar, que repugna, antes que agradar.
ResponderEliminarExcelente, hay que sumarle que para lavar las ciudades de Nariño, del 7 de enero en adelante, se gastan millones de litros de agua potable para quitarlo
ResponderEliminarConsidero que el señor talco tiene su cuota de culpa, pero si la gente continúa perdiendo día a día todo vestigio de cultura año tras año esto será peor; esto se ve en todo lugar y en todos los contextos que se pueda imaginar: el cambio debe ser desde nuestra propia manera de vivir y de coexistir con los demás, el mundo es la suma de todos y cada uno de nosotros.
ResponderEliminarwauuuu excelente a quien haya escrito todo eso¡ es la verdad¡ Juego ordinario y exclusivamente para gente ordinaria ¡ por q a ninguno de los turistas le gusta ser atacados y ensuciados y muchas personas terminan con afecciones en sus ojos y en la piel por que nisiquiera usan talco ¡ es miserable cal y por bultos¡ YA Es hora de cambiar¡ y que pensar del medio ambiente ¡ AUSTRALIA EL AMAZONAS se incendian ¡ POR ESO ES QUE DIOS SE ARREPINTIO DE CREAR EL HOMBRE ¡ por lo malvado que es¡ Disfrutemos de las carrozas y el arte que es algo hermoso y propio de nuestro Nariño¡ pero no seamos ordinarios.
ResponderEliminarComo el cambio cultural es paulatino y muchos no lo quieren hacer, sino que entorpecen los procesos. Es menester iniciar con la prohibición para que se pierda la mala costumbre del confundir el juego dd blancos con el salvajismo.
ResponderEliminarCreo que la tierra nos aclama y pide a gritos que dejemos estás tradiciones, sentí mucha contaminación después de carnavales esté año. Me gusto mucho la narración. Gracias.
ResponderEliminarExcelente artículo... hay muchas "costumbres" de fin de año y carnavales que deben replantearse principalmente por el tema medio ambiental que en este momento es URGENTE debemos EVOLUCIONAR como sociedad. Apoyo completamente la prohibición del talco, carioca y también la prohibición de elaboración y quema de años viejos... esto genera un grave impacto ambiental pensemos en nuestros niños y las futuras generaciones.
ResponderEliminarEscrito regular. Pasa de hablar de usted a tutear de repente. Y el subjuntivo de sentir es "sienta", no "siente".
ResponderEliminarPor lo demás, la esencia de nuestro carnaval es el juego. Hay que promover el respeto, y oponerse al juego agresivo. Pero no al juego en general, el cual es inherente a la identidad de esta fiesta.
Saludos
Agradezco al lector anónimo por las apreciaciones, ante las cuales debo anotar lo siguiente: 1. Lo del verbo “sentir” es un gazapo que ya se corrigió, y de paso corregí otro que pillé al releer el texto por enésima vez. 2. Lo de las voces lo hice adrede, pensando en darle cierto toque de “cantaleta” a la diatriba, es posible que me haya equivocado en el manejo de eso, desde un principio lo vi al iniciar, pero no quise cambiarlo. 3. En cuanto a la calidad del texto lo dejo a criterio del lector, aunque la mayoría de voces son positivas, la crítica constructiva como la suya me ayuda a mejorar. Lo importante fue que se aportó al debate sobre el tema del uso del “talco”, veremos luego que pasa. Con aprecio. J.M
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