Por. John Montilla
APOCALIPSIS
En el último instante supremo,
En el último instante supremo,
En
el principio del fin,
En
el último profundo suspiro del mundo
contemplo mi destino.
Todo el fuego de todos los volcanes del mundo
sumado
a todos los arco iris de todas las épocas;
Como
si les hubieran arrebatado
las paletas a todos los pintores
y
las hubieran arrojado con furia a los aires,
para
producir una tempestad de colores.
Todos
los vientos, empujando todas las nubes,
Las
hojas de veinte siglos de otoños
revoloteando
en una danza frenética.
El
cielo cual gigantesco queso de cristal
fragmentándose
por la acción de la infinita suma de
todos
los
rayos y truenos de tormentas milenarias.
Cientos
de diluvios pasados fusionándose en uno solo.
Y
la tierra que pisaba,
como
espejo negro arrojado a los suelos
por
manos gigantes,
fragmentándose
a un ritmo de vértigo,
dejaba
ver todos los abismos del mundo,
que
se abrían a mis pies.
Todo,
todo, todo ello comprimido
en
un milésima de segundo final.
Avanzaba
con todas las velocidades del mundo
hacia mí;
Que
esperaba con los brazos abiertos.
¡
Feliz!
Por. John
Montilla
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