sábado, 30 de mayo de 2015

FAMOSAS PORCINAS VIDAS

Por: John Montilla



“…de todos los animales, el mejor amigo del hombre es el cerdo.”
Da Vinci


La historia del cerdo, según se afirma en varios portales de internet está íntimamente ligada a la del hombre, tanto que sería imposible imaginar el desarrollo de algunas  civilizaciones  sin la participación en la dietética, de este animal, que por sus características lo hicieron ideal para cubrir las necesidades de aportes de proteínas y grasas a gran parte de nuestros ancestros.

Este animal tan controvertido desde sus comienzos, tan odiado por unos y tan deseado por otros, siempre ha sido motivo de discusión debido a su aporte de colesterol que puede hacer mella en la dieta y la salud; y que  hoy en día  se enfrenta a un nuevo reto: Limpiar su desprestigiada imagen, de toda el “agua sucia” que le ha caído encima últimamente.

Pues bien, ahora, se le atribuye al cerdo el haber sido el foco generador de un nuevo y mortal virus que tiene en jaque a la humanidad, de lo cual derivó para su desgracia el nombre de la “gripa porcina”, hecho que tiene en crisis a la economía porcicultora mundial. Y aunque los gobiernos trataron de arreglarlo cambiando el nombre del virus por el de “AH1N1”, ya el daño al pobre cochino ya está hecho y casi todos nos referimos a la  pandemia como la “gripa porcina”

Dadas así las cosas, nos proponemos “asearlo” o defenderlo un poco, no desde el punto de vista científico y médico, pues ese no es nuestro campo, pero si lo vamos examinar desde el punto de vista cultural y literario para que repasemos las participaciones  que este noble y grasiento animal ha tenido en la cultura y en las letras. (Y no en las letrinas).

Empezando con el gran genio inventor Leonardo Da Vinci, de quien se tienen estos apuntes culinarios enalteciendo a este animal:

“No hay ninguna parte del cerdo que no pueda tomarse, excepto dos. Su sangre puede secarse al sol para hacer con ella una salchicha. Sus huesos, hervidos en agua con ajos y pimientos, dan sabor a una sopa de cerdo. Su piel puede fundirse para preparar grasas. Todas sus carnes pueden cocinarse y comerse solas o en un pastel de cerdo, y todas las partes de su cabeza pueden cocinarse, si no es por dos, porque nunca ha llegado a mis oídos que los ojos del cerdo formaran parte de plato alguno….Así que yo digo que de todos los animales, el mejor amigo del hombre es el cerdo.”

El que se use hasta la última de sus partes, no impide que sea vilipendiado. Tal es así que su nombre se convierte en adjetivo para definir algunas de las más deleznables cualidades en varias partes del mundo. Las personas sucias no pueden ser sino guarras, cochinas o marranas, y su casa no es otra cosa que una pocilga, chiquera o zahúrda. Cualquier mala faena es una guarrada (cochinada) y quien la hace, un cerdo. Quienes comen sin educación son gochos o puercos. Cuando nos queremos defender de alguien que nos quiere embaucar, decimos que no nos crean tan marranos; y los billaristas utilizan el término “marranear” para referirse a  alguien a quien se  le puede ganar la partida fácilmente.

De las anteriores despectivas palabras, llevemos a nuestro animal a otros campos, por ejemplo, de cierta manera tiene representación en la mitología griega: Cuando Adonis, el mito griego de la belleza más perfecta, fue muerto por un jabalí, pariente del cerdo y en este caso una representación de la fealdad. También este animal tiene representación en la milenaria cultura china ya que hace parte del calendario chino en donde a las personas que nacen en el “año del cerdo” se le atribuyen  cualidades como ser unas muy buenas personas, las más honestas y bastante tranquilas.  Gracias a  Cristóbal Colón (y no colon) este animal fue traído a América, esto a petición de la Reina Isabel La Católica. No la podemos culpar a ella de los presentes problemas cinco siglos después.

Dentro de la cultura no se puede dejar de mencionar el clásico cuento de Los Tres Cerditos: Tres cerditos hacen sus casas, pero para tardar menos y jugar más los dos primeros las hacen de paja y madera respectivamente, mientras el otro se esfuerza más y la hace de ladrillo; luego a la hora de defenderse del lobo ya sabemos las consecuencias; un original cuento que nos enseña la importancia del  trabajo planificado  y bien hecho.

Quizá uno de los más famosos cerdos  es Porky. Se trata de una de las superestrellas de los dibujos animados, que debutó en el lejano 1941 junto al conejo Bugs Bunny. Desde entonces, su indescifrable tartamudeo ha acompañado y divertido la niñez de varias generaciones. Al igual que la famosa cerdita Miss Peggy, quien junto a la Rana Rene han enseñado  y entretenido a muchos niños con sus ocurrencias.

Uno de los más publicitados es “Babe, el cerdito valiente”; Una película que cuenta la historia de un cerdo que no está contento con su destino, pues no quiere servir únicamente para hacer chicharrones, y decide rebelarse contra  ello; este trastorno de personalidad no será bien recibido en la granja donde vive lo que  provoca una serie de celos y tensiones entre los demás animales; según sus productores "la película habla de los prejuicios que existen en una granja en que cada animal tiene su lugar predeterminado. Entonces aparece un cerdo que trata a las ovejas y a los demás animales como iguales.” Podríamos decir un cambio para bien.

Caso contrario sucede en  la  novela satírica “Rebelión en la granja” (Animal Farm) del inglés George Orwell  donde una granja es tomada por un grupo de animales, los cuales expulsan a los humanos y crean un sistema de gobierno propio que acaba convirtiéndose en una tiranía brutal dirigida por los cerdos, al mando de  un cochino líder llamado Napoleón, el cual personifica todo lo que de malo y cruel tiene el hombre; como quien dice los tiranos y dictadores son unos cerdos.(Recomiendo el libro)

Otro escritor inglés William Golding escribió la alegoría infantil” El Señor de las Moscas” para ilustrar el juego peligroso de la lucha por la supervivencia entre dos grupos de niños rivales: Los civilizados y los salvajes  quienes bajo el símbolo de la máscara  del “Señor de las Moscas” una careta de cerdo y cabeza de jabalí, clavada en un palo, cubierta de moscas que acuden a libar en la sangre, instaura el principio de la crueldad, ¿Que se puede esperar de un régimen cuyo insignia es la cabeza de un cerdo sanguinolenta  y llena de moscas?, El español Pío Baroja lo sentenció así: El hombre: un milímetro por encima del mono cuando no un centímetro por debajo del cerdo.”

Como se habrán podido dar cuenta el cerdo, no sólo ha estado  en  nuestra mesa, sino que también ha hecho presencia en otros espacios de nuestra vida. Para concluir esta frase de John Stuart Mill: “Vale más ser un hombre insatisfecho que un cerdo satisfecho.”,  de mi parte espero salir “pulcro” de este “cochino” discurso para ir a buscar un chicharrón y ver qué pasa.

John Montilla:
Esp. Procesos lecto-escritores

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